EL ANACRONÓPETE; ASÍ EMPEZÓ LA LITERATURA A VIAJAR EN EL TIEMPO.
“El Anacronópete, que es una especie de arca de Noé, debe su nombre a tres voces griegas: Ana, que significa hacia atrás; crono, el tiempo, y petes, el que vuela, justificando así su misión de volar hacia atrás en el tiempo.”
Esta es la descripción que Enrique Gaspar, autor del texto que hoy nos ocupa, da sobre su máquina para viajar en el tiempo. Y no es poco ingenioso para el año 1883, fecha de publicación de la obra. La bombilla es apenas un experimento, el padre de la Teoría de la Relatividad no es más que un niño, nada parecido a un avión ha surcado nuestros cielos, y el viaje en el tiempo no ha sido tratado en la literatura especulativa más que como resultado de la magia, las drogas alquímicas o la intervención de entes sobrenaturales.