ESPERÁBAMOS
SU VISITA.
Marisol
aparcó junto al Centro de Recepción de Visitantes, regalándose
unos segundos para contemplar el impresionante castillo de la Mota,
aquél que había acompañado sus sueños infantiles de ser princesa,
vigilado sus primeros besos y botellones en los pinares circundantes,
e inspirado su carrera en Historia del Arte cuando llegó el momento
de tomarse la vida en serio.