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domingo, 14 de octubre de 2018

STEPHEN KING, PREMIO NOBEL DE LITERATURA






Hola, paciente lector.
Si has leído mis relatos y novelas ya sabes que admiro sin paliativos a Stephen King, y hasta me he atrevido a analizar su obra en algún que otro artículo.
Pese a ello, puede que te parezca exagerada mi propuesta para que sea galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Bueno, te explico mis razones y tú decides si estás de acuerdo.


Como ya sabes, estos premios fueron instaurados por el industrial Alfred Nobel en su testamento, y se preocupó de dejar un buen fondo económico para que la cosa durase en el tiempo. Dice en ese testamento que los premios de literatura irán destinados a “la persona que haya producido la obra más sobresaliente de tendencia idealista dentro del campo de la literatura”.
Tendencia idealista.
Me atrevo a interpretar esto como la preeminencia de las ideas, de la imaginación, sobre lo percibido como real. El mundo como algo que no existe más allá de la mente humana. Imaginación. Esa forma de magia que los grandes escritores realizan con su trabajo. Y el maestro Stephen King es todo un ejemplo de ello.

No propongo que se le otorgue el premio por haber escrito mucho (ni me atrevo a poner el número exacto de libros porque puede haber sacado otro en lo que yo escribo esto) sino por el impacto de su obra. Sí, impacto. Claro que no ha cambiado las reglas de la literatura. Claro que no ha provocado un vuelco social o un debate universal sobre temas de interés para la Humanidad.
No. Ha convertido a cientos de miles de personas en lectores. Tan simple como eso.
Al igual que otros grandes autores de terror y fantasía, King es de esos trabajadores incansables que hace fácil y ameno el leer. Mucha gente se ha acercado a la literatura por él, y no pocos de los que ahora escribimos, con más o menos talento, hemos empezado a hacerlo porque queríamos ser como él.
Algunos, muchos, habrán pasado a otros géneros literarios que pueden considerarse más sesudos e intelectuales, sea como escritores o como lectores. Otros, me incluyo, seguimos queriendo ser como él, contar buenas historias que emocionen, que provoquen pesadillas, que nos hagan creer que la magia, el bien, el Gran Blanco, existen. Que hay monstruos y pueden ser vencidos.
Si esto no es influir en la vida de las personas, no sé qué es.

Cuando Sinclair Lewis recibió el premio en 1930 fue “por su arte vigoroso y gráfico de la descripción y su capacidad para crear, con ingenio y humor, nuevos tipos de personajes”. En el 37 se le concedió a Roger Martin por «el poder artístico y la verdad con los que ha representado los conflictos humanos, así como algunos aspectos fundamentales de la vida contemporánea en su ciclo de novelas Les Thibault»; a Maurice Maeterlinck en 1911 «en reconocimiento a sus actividades literarias multilaterales, y especialmente de sus obras dramáticas, que se distinguen por una riqueza de imaginación y una fantasía poética, la cual revela, a veces con el aspecto de un cuento de hadas, una profunda inspiración, mientras atraen los propios sentimientos de los lectores y estimulan su imaginación de una forma misteriosa». Razones todas ellas para dárselo a King.

Sus lectores sabemos que King es el maestro del terror cotidiano. En sus relatos no sólo hay monstruos y fantasía, sino un análisis de nuestra vida diaria, de nuestra infancia y cómo nos convertimos en adultos, del acoso escolar, las inquietudes de la ancianidad, la relación de la persona individual con el sistema de poder y una constante reflexión del escritor sobre sí mismo y la literatura, y de su relación con el mundo.
Por supuesto, también hay fantasmas, vampiros, hombres lobo y brujos malvados. Eh, son divertidos.

Imaginemos que Stephen King no te gusta. Escribe de forma demasiado llana, es como hablar con alguien de la calle. No tiene grandes recursos, produce demasiado rápido para hacerlo con calidad... bueno, he escuchado todos esos argumentos antes. Yo lo llamo ser cercano. Lo llamo depurar lo escrito hasta hacerlo accesible a todos. Lo llamo voluntad de trabajo.
Pero aún aceptando todo lo anterior en su contra, te pido que pienses en todos aquellos que se dedicaron a la literatura porque se engancharon a King y su obra. En todos los libros y relatos que existen porque él enamoró a sus autores.
En un universo paralelo en el que King no hubiese escrito sus novelas, la literatura habría perdido cientos de escritores actuales y millones de lectores, suyos y de quienes escriben, escribimos, influidos por él. Sería un mundo más triste y vacío, y por eso creo que merece el Nobel.
Si estás de acuerdo, por favor firma la petición y difunde para que otros lo hagan.

Gracias, paciente lector.
Gracias, señor King.

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