SOBRE LAS PUERTAS, 3
Extracto de la correspondencia entre Fernando Deza y Julián Deza, de los archivos de Sebastián Deza, fechada el 7 de agosto de 1945
Querido Fernando:
Sólo ahora podemos hablar del fin del horror, de la clausura definitiva de las brechas abiertas entre los planos por la guerra en la Ciudad.
El precio de la tregua, sin embargo, es más alto de lo que ninguno de nosotros podría haber imaginado. Y temo que esta primera masacre, cuya potencia no podemos sino imaginar a día de hoy, no sea la última. Los Poderes han exigido un holocausto tan exagerado como sangriento, y serán necesarias cientos de miles de almas para satisfacerles. Truman ha sido tan sólo su instrumento, como bien sabes, y su Declaración de Postdam me hace temer que esté dispuesto a repetir este tipo de ataques sobre población civil, pensando que hace lo necesario para acabar con la guerra, pero siguiendo realmente el mandato de las fuerzas más oscuras de la ciudad. Según mis estudios de las líneas de probabilidad, cuya copia te adjunto en esta misiva, el Maestro de la Justicia es quien ha dictado la sentencia.
Temo por el mundo, Fernando, el terror que siento va más allá de lo que puedo describir con mi pobre vocabulario. Este nuevo arma da paso a otro tipo de horror, y ahora los Poderes no estarán aquí para equilibrarlo. Dejarán en manos de los Durmientes su control, y no exagero al decir que la vida, las relaciones políticas, serán a partir de ahora muy diferentes a cómo eran antes.
Hemos vencido un horror sangrante y ardiente para sumergirnos en otro frío, tenso, del que no podremos escapar mediante la lucha o el valor de los héroes. Es un tiempo de vagabundos, un tiempo de locos ignorantes, de ciegos con pistolas en las manos. El Maestro Binah, como el resto de ellos, se mantendrán lejos de este lado del velo a partir de ahora. Estamos solos.
(...)
Sé bien, aunque tu prudencia y tu reserva al respecto sean mayores que la confianza que nos tenemos, que sigues viajando por la tercera puerta, atravesando el Umbral del Viajero y entablando contactos con los Poderes y sus representantes menores.
(...)
Querido Fernando, he de rogarte ahora que ceses en esa actitud. Has conseguido cosas maravillosas en estos años. Tu hijo Sebastián crece sano, tu mujer te ama y tu fortuna aumenta. Un hombre prudente se detendría ya. Un hombre prudente no volvería a cruzar esa puerta.
Los Deza aún tienen mucha, mucha implicación en este mundo creciente.
ResponderEliminarEse punto de vista en el que somos Vagabundos... bueno, ¿por qué no? No creo que sepamos muy bien dónde vamos o quién nos lleva. Lo triste es que muchos no pretenden ni saberlo.