jueves, 12 de marzo de 2015

DE LUTO








Ha muerto Terry Pratchett.
Cierro unos días, volveré el próximo viernes, 20. Pero ahora no tengo ganas de nada.
Aprovechad esta pausa, si aceptáis un consejo, para leer al maestro que fue y será Pratchett. O para lo que queráis.

Dejo aquí un relato de Pratchett que tal vez venga a cuento, titulado "La muerte y lo que viene después"



 Cuando la Muerte encontró al filósofo, el filósofo le dijo, con cierta emoción:
        –¿Sabes que en este momento estoy muerto y no muerto al mismo tiempo?
        La Muerte suspiró. Oh, cielos, uno de esos, pensó. Esto va a ponerse cuántico otra vez. Odiaba tratar con filósofos. Siempre trataban de escaquearse con malas artes.
        –Verás –siguió diciendo el filósofo mientras la Muerte, inmóvil, miraba la arena de su vida colarse por el agujero del reloj–. Todo está hecho de partículas diminutas, que tienen la extraña propiedad de estar en muchos lugares al mismo tiempo. Pero las cosas hechas de partículas pequeñísimas tienden a quedarse en un sitio cada vez, lo cual no parece correcto según la teoría cuántica. ¿Puedo continuar?
        SÍ, PERO NO INDEFINIDAMENTE, dijo la Muerte. TODO ES TRANSITORIO. Seguía sin apartar su mirada de la arena descendente.
        –Muy bien, pues si estamos de acuerdo en que hay un número infinito de universos, ¡problema resuelto! ¡Si existe un número ilimitado de universos, esta cama puede estar en millones de ellos al mismo tiempo!
        ¿SE MUEVE?
        –¿Qué?
        La Muerte señaló la cama con un movimiento de cabeza.
        ¿LA NOTA MOVERSE?, preguntó.
        –No, porque también hay un millón de versiones de mí. Y ahora viene lo bueno: ¡en algunas de esas versiones, no estoy a punto de fallecer! ¡Todo es posible!
        La Muerte dio unos golpecitos con los dedos en el mango de su guadaña mientras le daba vueltas a aquello.
        ¿Y LO QUE QUIERE USTED DECIR ES...?
        –Bueno, que no es totalmente cierto que esté muriendo, ¿no es así? Tú ya no eres una certeza tan absoluta.
        La Muerte suspiró. El espacio, pensó. Ahí estaba el problema. En los mundos que tenían siempre los cielos nublados nunca pasaban cosas como aquella. Pero en el mismo instante en que los humanos vieron todo aquel espacio, sus cerebros se expandieron para intentar llenarlo.
        –No tienes respuesta a eso, ¿eh? –dijo el filósofo moribundo–. Ya nos vamos sintiendo un poco pasados de moda, ¿a que sí?
        CIERTAMENTE LA CUESTIÓN PLANTEA UN INTERROGANTE, dijo la Muerte. Antes se dedicaban a rezar, pensó. Eso sí, tampoco había estado seguro nunca de la que oración sirviera de algo. Pensó durante un tiempo más. ASÍ QUE RESPONDERÉ AL INTERROGANTE DE LA SIGUIENTE MANERA, añadió. ¿USTED AMA A SU ESPOSA?
        –¿Qué?
        LA MUJER QUE HA ESTADO CUIDÁNDOLO. ¿LA AMA?
        –Sí. Por supuesto.
        ¿SE LE OCURRE ALGUNA CIRCUNSTANCIA EN QUE, SIN QUE CAMBIE SU HISTORIA PERSONAL DE NINGUNA MANERA, USTED PUDIERA COGER UN CUCHILLO Y APUÑALARLA?, preguntó la Muerte. POR PONER UN EJEMPLO.
        –¡Desde luego que no!
        PERO SU TEORÍA DICE QUE DEBERÍA PODER. NO SOLO ES POSIBLE, SINO INCLUSO PROBABLE SEGÚN LAS LEYES FÍSICAS DEL UNIVERSO; Y POR TANTO DEBE SUCEDER, Y SUCEDER MUCHAS VECES. CADA MOMENTO ES UN TRILLÓN DE TRILLONES DE MOMENTOS, Y EN ESA CANTIDAD DE MOMENTOS CUALQUIER COSA POSIBLE ES INEVITABLE. TODO EL TIEMPO, TARDE O TEMPRANO, SE REDUCE A UN INSTANTE.
        –Pero es obvio que podemos tomar decisiones entre...
        ¿EXISTEN LAS DECISIONES? TODO LO QUE PUEDE OCURRIR DEBE OCURRIR. LA TEORÍA DE USTED AFIRMA QUE PARA CADA UNIVERSO FORMADO PARA ALBERGAR SU «NO», DEBE HABER UNO QUE ALBERGUE SU «SÍ». Y SIN EMBARGO ACABA DE DECIR QUE JAMÁS COMETERÍA EL ASESINATO. EL TEJIDO DEL COSMOS SE ESTREMECE ANTE SU TERRIBLE CERTEZA. SU MORALIDAD SE CONVIERTE EN UNA FUERZA TAN INTENSA COMO LA GRAVEDAD. Y ciertamente, pensó la Muerte, el espacio tiene mucho de lo que responder.
        –¿Eso era sarcasmo?
        EN REALIDAD NO. ESTOY IMPRESIONADO E INTRIGADO, dijo la Muerte. EL CONCEPTO QUE ME ESTÁ PLANTEANDO DEMUESTRA LA EXISTENCIA DE DOS LUGARES QUE ERAN MÍTICOS HASTA EL MOMENTO. EXISTE EN ALGUNA PARTE UN MUNDO DONDE TODOS TOMARON LA DECISIÓN CORRECTA, LA DECISIÓN MORAL, LA DECISIÓN QUE MAXIMIZABA LA FELICIDAD DE TODAS LAS CRIATURAS. PERO POR SUPUESTO, ESO SIGNIFICA TAMBIÉN QUE EN OTRO LUGAR EXISTEN LOS RESTOS HUMEANTES DEL MUNDO EN EL QUE NO...
        –¡Oh, venga! ¡Ya sé lo que estás implicando, y yo nunca he creído en esas tonterías del Cielo y el Infierno!
        La habitación se estaba oscureciendo. Se hacía más evidente el brillo azul en el filo de la guadaña del Segador.
        IMPRESIONANTE, dijo la Muerte. IMPRESIONANTE DE VERDAD. DÉJEME QUE LE PLANTEE OTRA SUGERENCIA. LA DE QUE USTEDES NO SON MÁS QUE UNA AFORTUNADA VARIEDAD DE SIMIO QUE TRATA DE ENTENDER LAS COMPLEJIDADES DE LA CREACIÓN POR MEDIO DE UN LENGUAJE QUE EVOLUCIONÓ CON EL OBJETIVO DE DECIRSE UNOS A OTROS DÓNDE ESTABA LA FRUTA MADURA.
        Luchando por su aliento, el filósofo consiguió replicar:
        –No seas estúpido.
        MI COMENTARIO NO PRETENDÍA SER PEYORATIVO, dijo la Muerte. DADAS LAS CIRCUNSTANCIAS, HAN LOGRADO USTEDES GRANDES COSAS.
        –¡Ciertamente hemos escapado de las supersticiones anticuadas!
        BIEN HECHO, dijo la Muerte. ESA ES LA IDEA. SOLAMENTE QUERÍA COMPROBARLO. Se inclinó hacia delante. ¿Y CONOCE USTED LA TEORÍA QUE AFIRMA QUE EL ESTADO DE ALGUNAS PARTÍCULAS DIMINUTAS SE MANTIENE INDETERMINADO HASTA EL MOMENTO EN QUE SON OBSERVADAS? SUELE MENCIONARSE A UN GATO METIDO EN UNA CAJA.
        –Sí, por supuesto –dijo el filósofo.
        BIEN, dijo la Muerte. Se puso de pie mientras moría lo poco que quedaba de luz, y sonrió. LE ESTOY VIENDO...

Fin

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