La voz a ella debida

Lo de que oigo voces es algo que ya sabéis. Voces, normalmente, propias de mis ángeles y demonios interiores, que puedo a veces exorcizar con la vieja y buena magia de contaros historias. Voces, en otras ocasiones, que parecen surgir de mis personajes, ávidos de contarme sus inquietudes. Y voces, de vez en cuando, de la vida real, que me hablan de lo que pudo ser y lo que es.
Voces todas que dan un poquito de miedo.

Y pienso mucho en las voces. Incluso utilizo la mía para narrar alguna que otra historia cuando así me lo solicitan mis compañeros escritores.
Pienso, cada vez más, en audiolibros. Por eso, encontrar una voz nueva me fascina. Sobre todo, en el caso que nos ocupa hoy.
Una lectora puso en marcha el hastag #SilencioACorazonAbierto hace unos días. Y me encontré un tuit de voz con dicha etiqueta, en el que otra usuaria recitaba una de mis frases, de las frases de mi novela. Me puso los pelos de punta. Siempre lo hace el que me mencionen u opinen de mis historias, claro. Pero en este caso fue la pura magia que emanaba de esa voz, la forma en que parecía dar solidez a mis palabras con matices de vida, más allá del plano blanco y negro de mis letras.
Quise conocer esa voz, y a la persona que con tanto talento la usaba, y hoy os quiero hablar de ella. Sobre todo a mis compañeros juntaletras, siempre necesitados de herramientas para booktrailers o audiolibros. Sinceramente, voces como ésta no pueden sino enriquecer lo que escribimos y por ello, para disfrute de todos y posible utilidad de los contadores de historias, os dejo aquí el enlace a la página de esta voz impresionante y absoluta.

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